Ramona Menéndez (Casa Belarmino, Manzaneda) y María Busta (Casa Eutimio, Lastres) acogen en el restaurante de la primera a la argentina Narda Lepes para un seis manos de históricos y reinvención.

Tres chefs respetuosas como pocas con el legado y el mejor producto local se han encontrado este martes noche para que el congresista de FéminAs ahondara en los valores del congreso. Las guisanderas asturianas Ramona Menéndez (Casa Belarmino, Manzaneda) y María Busta (Casa Eutimio, Lastres) acogían en casa de la primera a la argentina Narda Lepes (Narda Comedor, Buenos Aires, Argentina), una de las grandes figuras de FéminAs 2021, “y nos entendimos”.

Una cena que empezaba con históricos asturianos, como para poner a Lepes en contexto. La croqueta de Jamón Joselito y el pastel de puerro de Menéndez) y la anchoa con mantequilla artesana y panes El Formientu y la crema marinera de Rosales) precedían a la primera aparición de la sudamericana, un mbejú litoraleño que había presentado en el congreso con higos al que añadía Cabrales. Ovación. O cómo ganarse al respetable. La argentina había llegado con ideas pero sin plato. “Quería completarlo con producto local. Es lo que nos divierte a las cocineros”. Más aplausos.

Empoderada “y feliz de aprender y cocinar en este tipo de restaurante, donde lo hemos pasado muy bien”, Lepes seguía el menú seguía con un crocante de morcilla, manzana, ajíes y nueces fritas y una crema de papas, cebolla y fondo de carne. La chef local remataba la velada con el clásico y excelente rollo de bonito. Busta ponía el punto final con el tocinillo ahumado con Rey Silo y crujiente de avellanas. Ideas y producto. EL comensal acaba brindando con el estómago feliz.

La comida fue maridada con aguas S.Pellegrino y Acqua Panna, sidra natural de autor Alicia,
Blanco Ovni Palomino (Cádiz)  y Escolinas Tinto Carrasquin (D.O.P Cangas).