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“Las mujeres del mundo del vino avanzamos seguras, vamos fuertes”
En los últimos veinte años, el mundo del vino ha vivido una revolución, la de la visibilización -que no presencia, pues desde siempre ha estado ahí- de la mujer en el sector. Con bodegueras y sumilleres la segunda jornada de FéminAs ha abordado la realidad femenina del vino.
Hay pocos estudios sobre la presencia de la mujer en el mundo del vino, pero algunas cifras van trascendiendo como que el 43% de los consumidores de vino a nivel mundial son mujeres o que una cuarta parte de los sumilleres -también a nivel global- son mujeres, incluso el Instituto Nacional de la Mujer da luz sobre la titularidad de explotaciones agrícolas (entre ellas las vitivinícolas) que están en manos de mujeres actualmente, alrededor del 30%. Datos escasos pero que muestran todos ellos la tendencia que confirmaban las participantes en la mesa redonda “La conquista del vino” celebrada durante la segunda jornada de FéminAs.
“Las mujeres del mundo del vino avanzamos seguras, vamos fuertes”, sentenciaba Silvia García, Head Sommelier en el Hotel Mandarin Oriental Ritz (Madrid, España), quien por otra parte ha querido especificar que “el mundo del vino no tiene género”. A pesar de ello, aseguraba la segoviana que “el talento no es cuestión de sexos, sí de oportunidades”. En ese sentido, su compañera de mesa Beatriz Pérez García, socia fundadora de la Bodega VidAs (Cangas del Narcea, Asturias), incidía en la aún escasa representación de mujeres en los puestos de responsabilidad del sector “que son mayoritariamente para los hombres, aunque en realidad hay muchas mujeres trabajando detrás”. Una falta de reconocimiento que la misma bodeguera explicaba se produce en el día a día cuando “en una feria o un primer contacto siempre se dirigen a la figura masculina que te acompaña, aunque seas tú la responsable de la bodega”. Y es que, como también ponía de manifiesto la sumiller de Coalla María Jenny Riesgo, todavía pesa el papel que culturalmente se ha otorgado a hombre y mujer y recordaba que “no hace tanto que se ha permitido a la mujer pisar uva”. Un peso, el cultural, que incide también en uno de los aspectos que más puede afectar a las carreras profesionales de las mujeres del sector: la conciliación familiar. “Cuando llegan los hijos se trunca la carrera de muchas mujeres porque la conciliación sigue siendo complicada”. Riesgo lo explicaba en primera persona pues abandonó la hostelería, más exigente en horarios e implicación, por la sumillería de tienda. Sin embargo, todas han coincido en que estamos en el buen camino para conseguir, en palabras de Silvia García, “que siendo mujer no tengas más trabas que un hombre para desarrollarte profesionalmente y conciliar”.
Nuevos referentes
El cambio se ha producido escalonadamente, pero destacaba la bodeguera y presidenta del Círculo Fortuny Xandra Falcó que “han sido estos últimos 20 años en los que las mujeres han entrado con fuerza en campos como la sumillería y la dirección de bodegas, antes su presencia se limitaba o bien al campo, con la selección de la uva, o a la parte comercial”. Y parte de esa mayor presencia femenina se debe, según la sumiller Silvia García, a la aparición de referentes para las nuevas generaciones: “antes no había mujeres en quien fijarse, cuando aparecen figuras femeninas en primera línea es cuando las chicas ven como algo normal, accesible, que ellas puedan ser también sumiller”.
Destacaba Falcó también como motor de cambio la apertura del mundo del vino que en un determinado momento “sofisticamos tanto y lo hicimos tan complejo que alejaba a mucha gente porque históricamente eran los hombres solo los entendidos en vino, en cambio, ahora, las mujeres ya están aprendiendo”. Aunque aún hay camino por recorrer porque, como Silvia García “todavía hay poca costumbre de mujeres que pidan el vino”. Tendencia que crece poco a poco pero que sigue la línea de ascenso que coloca a la mujer como figura a tener en cuenta en todas las caras del sector como consumidora, entendida, productora y sumiller.